Al llegar a Santiago siempre se alegra el corazón. Es una de las ciudades con más encanto de todo el país. Es complicado decir porqué. Quizá por la amabilidad de su gente. Es posible que por lo preciosa que es. Quizá el apóstol Santiago tenga la culpa... Nosotros lo primero que hicimos fue llegar al hotel (en esta ocasión al Hotel Obradoiro, un hotel 5 estrellas situado en la zona de las facultades enfrente del auditorio y desde el que llegamos a la Catedral en un paseo)
En la plaza del Obradoiro encontramos esta piedra!!!! Como buen asturiano es un orgullo no sólo ver que se entrega a mi querida Galicia, sino en particular a un lugar tan precioso y lleno de encanto como esta plaza que siempre está llena de peregrinos de todos los lugares del mundo.
Al fondo el Parador Reyes Católicos, a la Izquierda lo que hoy en día es el ayuntamiento pero que es la Casa de Rajoy, a la derecha la Catedral de Santiago, y detrás nuestro el Colegio de San Xerome (donde está el rectorado de Santiago)
La Catedral. Es preciosa. Muy diferente al resto del norte de España. Mi teoría es que todo ello es debido a la tremenda cantidad de marisco que circula todos los días por allí (tanto para los restaurantes como para las casas...)
Emilio encantado en Santiado de Compostela (luego me quité la chaqueta y la dejé en el hotel porque el calor apretaba...)
Hace unos años tuvimos el honor de asistir a un concierto privado de órgano en esta Catedral de Santiago de Compostela. Fue un día inolvidable (entre otras cosas porque estábamos juntos Emilio y Sandra)
Las calles estaban repletas de acción: gente comprando, paseando, tocando música, haciendo piruetas...
A la hora de comer acudimos a un lugar donde teníamos reservada la comida... el Parador de los Reyes Católicos en plena Plaza del Obradoiro.
Se puede ver que es un lugar muy especial. las paredes están cuidadas al máximo, las luces aunque antiguas son bonitas y dan buena luz (ni mucho ni poco sino lo justo para una velada perfecta), las sillas muy cómodas, las mesas amplias, buenos pasillos para no molestar a otros comensales, cubiertos de plata, servilletas con el logotipo del parador...
Emilio estaba muy contento porque estar en Santiago siempre es motivo de satisfacción, comer en un lugar así es ya algo muy especial y poder hacerlo con la mujer a la que ama es todo lo que se puede llegar a aspirar
Emilio tomó una merluza que sencillamente es insuperable. Nunca antes había comido la merluza así. Fantástica. Superlativa. Una alegría para el paladar
Hace años pasamos delante de este restaurante... muy curioso... como para ir a comer ahí. Sabemos la historia... En realidad esa escena sucedió hace años... y por eso le llaman así...
Pero personalmente a mí me gusta mucho más echar una mirada al parque desde este lugar. Es un contraste estupendo poder ver lo que pasa por el parque desde este marco natural
Una selección de leche frita, tarda de santiago, frixuelos gallegos.. Vamos que no nos quedamos con hambre...
Gracias Santiago por regalarnos un fin de semana así... VOLVEREMOS!!!!!
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