Comenzamos nuestras vacaciones en Granada en la Calle Nava. Nada mejor que conocer la zona típica de tapas de la ciudad. Nosotros nos buscamos un restaurante agradable (por supuesto con aire acondicionado) en el que comer...
El gazpacho estaba buenísimo y el ambiente era muy tranquilo a pesar de la cantidad de gente que había por la calle.
Más tarde visita obligatoria a la Alhambra donde las imágenes que se pueden ver son realmente impactantes.
Hay que ver lo curiosas que son las papeleras en la Alhambra. Parecen vacenillas o palanganas pero se trata de papeleras!!!
La palabra más escrita en el lugar. Por todos lados se encuentra esta palabra cuyo significado era algo así como que no hay nada más grande que Alá?
Patio de los leones sin leones, es decir: los leones hace unos años que los sacaron y no terminan con la reforma.
Desde luego hay que visitar la Alhambra para conocer la magnitud de tal lugar y saber la importancia histórica que en su día tuvo a nivel mundial.
Palacio de Carlos V. Está sin terminar (falta la tercera fila de columnas) pero es un lugar extraordinario para escuchar conciertos por la maravillosa acústica que tiene.
Llegamos al Parador de Granada donde disfrutamos de una velada muy agradable para continuar más tarde la ruta por Generalife....
Y por fín el Albayzin!!! Es una zona típica granadina que no cuenta con grandes calles sino con zonas muy estrechas y llenas de curvas e inclinaciones pero que es interesante de descubrir porque se trata de una granada antigua muy bien conservada
Y el plato estrella , sin duda alguna, fue el pato. La verdad es que cuando se hace bien es un auténtico manjar.
Al día siguiente visita a las alpujarras granadinas. Comenzamos por el pequeño pueblo de chumpaneira (no es Galicia no... es Granada). Dicen que quien bebe de la fuente le sale novia rápido así que no bebinos ni un trago.
Dicen que se puede beber pero por si acaso preferimos Lanjarón (pasamos por el pueblo pero tenían todo cerrado ese día...).
Un poco más arriba visitamos un pueblo muy divertido en el que se dedican a curar jamones (los jamones no son de allí sino que en esa altitud tienen unas condiciones óptimas para el curado de los jamones así que los compran fuera y los acaban de hacer aquí).
Es increible la cantidad de jamones que hay en el pueblo... Desde luego es un pueblo donde se podrá pasar sed pero hambre nunca.
Para cena la que tomamos en uno de los mejores lugares de la ciudad: La huerta del sello. El primer plato era sencillamente espectacular.
La noche siguiente fuimos a cenar a otro lugar también interesante en el que nos juntamos con muchísima gente!!! No sé si el jamón era de los que vimos el día anterior pero estaba buenísimo.
Un camarero nos traía un montón de entrantes que según él eran light (curiosamente la gente se ve que se cuida porque no paraban de quitárselos de la bandeja y muy light la verdad es que no eran).